La variedad hace que nuestra dieta sea atractiva, deliciosa y saludable. No solo la amplia variedad de alimentos, sino también las formas de prepararlos permiten numerosas variaciones. Al asar los alimentos a la parrilla, usar una llama abierta, freír o ahumar los alimentos, es importante prestar atención a algunos consejos sencillos para cocinar y manipular los alimentos, ya que no solo podrás hacerlo de manera deliciosa, sino también segura.
La cocción adecuada de los alimentos no solo ayuda a eliminar las bacterias y mejora la seguridad biológica, sino que también agrega sabor; de hecho, es el proceso de dorado cuando se cocina la carne, las verduras y los granos lo que permite agregar sabor a estos alimentos. Sin embargo, cocinar demasiado la comida también puede acarrear problemas de seguridad, de modo que tienes que encontrar el equilibrio correcto entre la cocción insuficiente y la cocción excesiva.
La bueno es que hacerlo bien es más fácil de lo que piensas; en realidad es solo sentido común y aplicar las lecciones de cocina que aprendimos cuando éramos jóvenes: no chamusques la carne cuando la cocinas o la asas a la parrilla; no quemes el pan u otros alimentos ricos en almidón; y asegúrate de usar aceite limpio al freír tus alimentos.
No quemes tu carne
Cocinar demasiado la carne, incluida la carne de res, cerdo, aves y pescado, puede conducir a la formación de algunas sustancias potencialmente dañinas, relacionadas con daño en el ADN y algunos tipos de cáncer, por lo que es mejor tener cuidado y reducir su exposición. Hay algunos consejos simples para ayudarlo a evitar estas sustancias y disfrutar de la carne cocinada de manera segura:
- Reduce el tiempo en la parrilla: usa un termómetro para medir la temperatura de la carne para que pueda retirarse tan pronto como esté lista para comer. Al cocinar aves, pescado, carne molida de hamburguesas y salchichas, el centro de la carne debe alcanzar una temperatura de al menos 70 °C durante dos minutos antes de retirarla.
- Marinar la carne: marinar la carne en cerveza, vino tinto, salsa teriyaki, aceite de oliva u otro adobo de tu elección, puede ayudar a proteger y reducir la formación de compuestos peligrosos.
- Retira la carne quemada: asegúrate de retirar y desechar las porciones de carne carbonizada antes de comer y evita usar salsa hecha con jugos de carne.
No quemes el pan u otros alimentos ricos en almidón
La cocción a alta temperatura de alimentos con alto contenido de almidón como panes, cereales, papas y galletas saladas, forma naturalmente un compuesto llamado acrilamida, el cual, de acuerdo a varios estudios, se ha relacionado con efectos adversos para la salud en experimentos con animales (por ejemplo, daño en el ADN y algunos tipos de cáncer). Según la Organización Mundial de la Salud “la información disponible sobre la acrilamida hasta el momento refuerza los consejos generales sobre alimentación saludable, incluida la moderación del consumo de alimentos fritos y grasos”. La formación de acrilamida se puede reducir con las siguientes medidas:
- Al freír evita que los alimentos se quemen o se doren.
- Trata de hervir las papas o cocerlas en el microondas con todo y cáscara.
- Debes tostar el pan a un color café claro en lugar de un color café oscuro. Evita comer las áreas muy cafés o quemadas.
- Cocina las papas solo hasta que estén de color amarillo dorado, no cuando estén de color café.
Usa aceite limpio al freír y evita las llamas grandes al cocinar
Freír alimentos en aceite de cocina usado en exceso no solo afecta el sabor de los alimentos, sino que también da como resultado la producción de sustancias químicas llamadas hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria considera a los HAP como un problema de salud y aconseja evitarlos cocinando con aceite limpio, que no solo mejora el sabor sino que también es mejor para tu salud.
Los PAH también se pueden formar durante otras cocciones que involucran altas temperaturas y grasas/aceites, como cuando se ahúma la carne o cuando se calientan los aceites naturales del pescado, la carne o las salsas. Cuando la grasa y los jugos de la carne gotean sobre las superficies calientes donde se cocinan los alimentos, las llamas y el humo pueden ascender y permitir que los HAP se adhieran a la superficie de la carne.
Así que asegúrate de usar aceite limpio (desecha el aceite que desprenda mal olor), elimina la grasa de la carne y evita cocinar con llamas grandes y demasiado humo.