Es dulce, natural, sana y puedes conservarla durante mucho tiempo en tu alacena. La miel es un excelente sustituto si deseas reducir tu consumo de azúcar, pero para que te convenzas, hemos recopilado los diversos beneficios que te ofrece.
La miel es un alimento muy complejo pero de muy fácil digestión. Su absorción comienza en la boca, por lo cual, le facilita a nuestro organismo obtener en un par de segundos nutrientes y energía suficientes para satisfacer sus necesidades.
Contiene todos los elementos para considerarla un alimento completo: azúcares (glucosa, fructosa, sacarosa, maltosa), vitaminas (B, D, E, C), enzimas, aminoácidos (componentes de las proteínas), sales minerales como magnesio, potasio, calcio, cloro azufre, hierro y fosfato, ácidos grasos y elementos propios característicos de cada tipo de miel como aroma, antibióticos naturales (propolio y extractos de plantas medicinales), sabores naturales especiales.
Debido a su naturaleza no necesita conservadores y su utilidad como alimento dependiendo de su conservación puede durar varios años.
Beneficios que obtendrá tu cuerpo al consumir miel
Facilita la digestión
Como las moléculas del azúcar de la miel se pueden convertir en otros azúcares (por ejemplo, fructosa y glucosa), la miel es fácilmente digerida hasta por los estómagos más sensibles, a pesar de su alto contenido de ácido. Ayuda a funcionar mejor a los riñones e intestinos.
Posee un bajo nivel calórico
Otra cualidad de la miel es que, comparada con la misma cantidad de azúcar (de remolacha o caña), da al cuerpo 40 % menos de calorías.
Se difunde rápidamente a través de la sangre
Acompañada de agua templada, la miel se difunde en la corriente sanguínea en siete minutos. Sus moléculas de azúcar libres hacen que el cerebro funcione mejor, puesto que es un gran consumidor de azúcar.
Ayuda a la producción de sangre
La miel provee una parte importante de la energía que necesita el cuerpo para producir sangre. Además, ayuda a depurarla. Tiene algunos efectos positivos en la regulación y facilitación de la circulación sanguínea. También funciona como protectora frente a los problemas capilares y a la arteriosclerosis.
No propicia las bacterias
La propiedad bactericida de la miel se llama «efecto inhibidor». Experimentos realizados enseñan que esa propiedad aumenta al doble cuando se la diluye con agua. Es muy interesante tener en cuenta que las abejas recién nacidas en las colonias son alimentadas con miel diluida por las abejas responsables de su supervisión, como si conocieran esta característica de la miel.
La miel posee importantes propiedades antioxidantes, según se ha confirmado en un nuevo estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de California en Davis (EE.UU.), presentado en la 227 reunión que la American Chemical Society mantiene en Anaheim, California.
Todas las mieles naturales no procesadas ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunológico y nos ayudan a eliminar enfermedades por sus propiedades medicinales.
¡Elige bien!
Algunas compañías mieleras mezclan sus mieles en vez de vender la miel pura. Después las calientan para evitar la cristalización, y, para justificar la apariencia de estas mezclas han mal informado el público diciendo que la cristalización se debe a la adición de azúcar ¡no es verdad! El calentamiento es nocivo para algunas calidades de miel, ya la miel pura no debe ser mezclada con ninguna sustancia.
En cuanto el colore de la miel, esta puede variar, no siempre es igual y depende de las flores y plantas que las abejas polinizan. Antes de elegir el producto investiga la forma en la que son manejadas las colmenas y las prácticas de los apicultores.
Al consumir miel estarás ayudando a los apicultores a fomentar su actividad y a que se reproduzcan más abejas, las cuales, están siendo afectadas por la contaminación y el cambio climático. Consumir miel ayuda a tu organismo y al medio ambiente.