Algunos alimentos contienen ingredientes que pueden desencadenar o empeorar la inflamación. Los alimentos azucarados o procesados pueden provocarlo, mientras que los alimentos frescos e integrales tienen menos probabilidades de tener este efecto.
Una dieta antiinflamatoria se centra en frutas y verduras frescas. Muchos alimentos de origen vegetal son buenas fuentes de antioxidantes, aunque algunos alimentos pueden desencadenar la formación de radicales libres, los cuales pueden provocar daño celular, aumentar el riesgo de inflamación y contribuir a una variedad de enfermedades.
Los radicales libres pueden surgir, por ejemplo, al cocinar alimentos en aceite de cocina calentado repetidamente, aunque también son provocados por factores externos como el estrés y el tabaquismo.
Los eternos problemas intestinales también provocan la inflamación. Pareciera que todo lo que hacemos y hasta pensamos le hace daño a nuestro intestino y, realmente es así. Lo que comemos y el tipo de vida que llevamos, y sí, hasta lo que pensamos o cómo nos sentimos (estrés, ansiedad, miedo, tristeza, etcétera), afecta la función de nuestro intestino.
Afortunadamente un cambio de hábitos nos puede ayudar a tener contento a nuestro intestino y evitar esas molestas inflamaciones. Primero debes identificar qué es lo que desencadena la hinchazón y luego lidiar con la causa.
De acuerdo con la Continence Foundation of Australia (institución que trata problemas sobre el intestino y la vejiga): “Aproximadamente una de cada 20 personas experimenta un control intestinal deficiente. A menudo no se habla, pero tanto los hombres como las mujeres pueden tener un control intestinal deficiente. Es más común a medida que se envejece, pero los jóvenes también pueden padecerlo”.
Uno de los síntomas de esta deficiencia es la hinchazón, la cual se puede evitar o reducir siguiendo esto 6 consejos:
- Come más fibra
Produce gas, pero también mantiene el movimiento intestinal: la mayoría de nosotros no comemos lo suficiente.
- Beba mucho líquido
Es decir, agua y jugos naturales, nada de bebidas gaseosas o alcohol.
- Come despacio
Y no hables mientras comes, para evitar que el exceso de aire ingrese a tu cuerpo.
- Ejercicio
Ayuda a mantener su sistema digestivo sano.
- Mantén el estrés bajo control
El estrés puede causar problemas digestivos, así que tómate las cosas con calma.
- Ve al baño cuando tengas que ir
Es importante responder al llamado de la Madre Naturaleza de inmediato, de lo contrario, pierdes las ganas y las heces y el gas se acumulan.
Qué tipo de alimentos debes incluir
La primera clave para minimizar la inflamación es eliminar los alimentos que la provocan. Una dieta antiinflamatoria es aquella que incluye alimentos mínimamente procesados, es decir que debes mantenerte alejado de cualquier cosa que venga en una caja o bolsa, o cualquier cosa que tenga una larga lista de ingredientes, especialmente si comienzan con azúcar, sal o un aceite procesado e incluyen ingredientes que no reconoces.
Por ejemplo:
- Dulces, como productos horneados comerciales, postres preenvasados, helados y dulces.
- Bocadillos, como papas fritas y palomitas de maíz para microondas.
- Carnes procesadas, que incluyen tocino, salchichas, hot dogs, mortadela, pepperoni y salami.
- Quesos procesados, como salsa de queso para nachos y rebanadas de queso americano.
- Bebidas azucaradas, incluyendo refrescos y bebidas deportivas.
- Alimentos fritos, como pollo frito y papas fritas.
Incluso los llamados refrigerios saludables como las barras de granola, la mezcla de frutos secos y las papas fritas horneadas pueden tener muchos ingredientes procesados, incluido el sodio y el azúcar agregados.
Una vez que hayas reducido o eliminado todos esos alimentos procesados, qué puedes comer entonces, muchas cosas:
- Arroz integral
- Pechuga de pollo/pavo
- Huevos
- Pescado
- Legumbres, como frijoles y chícharos
- Nueces y semillas
- Avena
En resumen, si puede encontrarlo en la naturaleza, probablemente sea un alimento completo, sano y perfecto para evitar la inflamación.